domingo, 12 de diciembre de 2010

11 de diciembre de 2010


Samy, ya no estás. Ayer por la mañana nos dijiste adiós...
Ha sido todo tan rápido que ahora miro hacia atrás y me da vértigo la velocidad del tiempo... cuándo te pusiste enferma, cuándo nos dimos cuenta, cuándo te medicamos y cuándo tuvimos que tomar la decisión que pusiera fin a tu dolor.
Y hoy estoy triste, no puedo dejar de llorar pensando en ti. Y por dentro la rabia no me deja relajarme... y estoy inquieta, te busco por tus rincones...y te miro desde la cocina, en tu cesto, que ya no está... y te imagino en nuestra habitación, a mi lado de la cama, tumbada en tu colchoneta, que tampoco está... y has dejado un vacío tan grande en casa...
Siento una pena honda, profunda, que me atraviesa el estómago y el corazón... y me aprieta por dentro... estoy enfadada con todo... porque me gustaría que las cosas fueran como antes...
Samy, te quiero mucho, guapetona. Has sido la mejor perra del mundo, la más paciente, la más bonita, la más tranquila, la más sensible, la más tozuda y la más amorosa...
Samy, Samuelina, siempre estarás conmigo.