Betty y Muxu viven más que trabajan, aunque también tienen su labor... la primera es dar la bienvenida a los que llegamos a la casa buscando la paz y la tranquilidad que nos ofrecen.
Betty espanta a los jabalíes que rondan por las montañas a base de ladridos amenazadores a partir de la 8 de la tarde. Muxu obliga a compartir la tortilla de patata con ella a todo aquél que se acerque al río a pasar el día. Y yo intento copiarlas a las dos, ladrando con Betty y colándome en los pic-nic con Muxu.
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